Atención con el terrible papo que despunta de entre las piernas de Karina Jelinek en la foto, es algo de una carnosidad extraordinaria que invita a soñar con comprobar personalmente hasta dónde se puede estirar. La morocha confiesa fantasías fiesteras “con amigas” donde jugarían “con portaligas y encajes”. Nosotros también jugaríamos al encaje con esta cordobesa espectacular.

Karina Jelinek muestra su afición por agarrarse del caño, un muy buen hábito para una modelo con semejante cola.
Karina Olga Jelinek todavía sigue pensando en la cantidad de regalos que recibió por la última vez que sopló la velita. “Recibí carteras, perfumes, cadenas con brillantes y ropa.” Lamentablemente, no está hablando de soplar la vela sino de su último cumpleaños. “En marzo pasado cumplí 25 años”, y si bien dice que “el mejor regalo fue el afecto de todas mis amistades”, también reconoce que las noches de amor fueron parte de su onomástico. La cordobesa dice que en el sexo es “muy fogosa y mimosa”, y que para su noche perfecta de sexo “prefiero darme una buena ducha o un baño de inmersión, comer algo liviano y acostarme hecha una seda”. Pinta como que se va a tirar a torrar con toda esa relajación, pero en realidad Olga dice que eso le permite “mimarme con mi pareja en la cama, eso me parece muy lindo”. Y si ya te pone inquieto eso de llegar a estar en la cama con Jelinek y que la cosa venga “de mimitos”, la cordobesa aclara que “también hay momentos en que la noche es más salvaje, obviamente, todo depende de cómo se dan las cosas.” Y justamente hablando de noches salvajes, una de las fantasías que tiene Karina Olga es justamente hacer una fiesta. “A veces pienso que seria divertido harmar una fiesta con todas mis amigas y amigos para pasarla bien”, cuenta Olga mientras se agarra del caño, una de las cosas que mejor hace. Pero para que nadie la tilde de fiestera, aclara que la partuza tendría que empezar “con todos en malla, porque de entrada lo importante no es cuánto mostrás, sino la actitud que le ponés”. Y vos se la ponés seguro, porque para su fantasía partuzera Olga dice que “jugaría con los portaligas y los encajes”. Para encajarla de una, esa colita redonda y la cara de petera boba, como que no se va a negar a nada de lo que le pidas. La modelo de Leandro Rud cuenta que tiene un truco para que el sexo no se enfríe al compás del invierno. “Tengo mejor sexo en Miami que en Buenos Aires”, dice la bella, “el clima allá es tropical y tengo todo el tiempo para pensar en mi, lo que permite tener la mejor intimidad de mi vida”. Los viajes de Karina obviamente no los podía solventar el famoso “parrillero” con el que alguna vez salió para demostrar que no le interesaba la plata. Por eso ahora su novio desde hace ya dos años es Christian Romero, un “empresario” que financia los sofisticados gustos de Karina.


Adiviná para qué se entrena Karina Jelinek cuando hace este ejercicio donde se pone boca abajo y saca la cola para fuera? La modelo cordobesa tiene algunas exigencias caras como que le lleven la perrita Lisa a Miami, pero el novio empresario no se queja: sabe que comerse un bombón como Olga cuesta caro.

Puede que no sea la más brillante, pero la bobera en realidad es a favor. No te enrosca con nada, es onda “callate y seguí chupando”.
El novio de Karina Jelinek sabe muy bien que comerse un bombón como Karina Jelinek no sale nada barato, hay costos de todo tipo. Por ejemplo, cuando la lleva a coger a Miami la cordobesa exige que su perrita Lisa la acompañe. “No quiero salir sin ella, porque es una gran compañera, nos entendemos mucho con Lisa” y aclara que la perrita paga pasaje en el avión. Por eso Christian, si querés ahorrar, la próxima vez que vayas a sacar pasaje y la de la aerolínea te pregunte cuántos viajan, vos decile “Dos perritas y yo”, seguramente te van a hacer un descuento, y aunque no creemos que el temible orto de Karina Jelinek quepa en la jaula plástica, todo es cuestión de probar. La cordobesa también cumple con su parte del trato manteniéndo ese terrible lomo, que es todo su capital. Con la misma devoción que un taxista tiene por el auto que le da de comer, Karina cuida de su cuerpo en forma metódica, porque ella también tiene que hacerse el orto con ejercicios. “Antes hacía pesas, máquinas y todas las rutinas del gimnasio, pero me marcaba demasiado”, explica la modelo como una experta, “por eso ahora hago pilates y ejercicios con la barra.” Ya nos parecía que esa habilidad para manipular la barra no era natural, la mina entrena horas colgándose del caño, por eso también es una chica de alto mantenimiento. “En Miami es impresionante, los yanquis me confunden con Catherine Zeta Jones”, dice Karina Jelinek con el ego ensalzado por la comparación con la esposa de Michael Douglas. Pero igual la felicidad nunca es completa, porque una cierta timidez le impide a Olga concretar una de sus mayores fantasías. “El gusto que no me pude dar todavía es el de hacer el amor en la playa”, confiesa la morocha, “no se, es algo que me da un poco de vergüenza”. Suena raro que no tiene problemas para posar en bolas para las fotos y no te animás a coger en la playa, pero la morocha tiene sus tiempos. “A mí me gusta despacito y delicado. En todo.” fuentehttp://www.notiblog.com/category/karina-jelinek/