Rocío Guirao Díaz cada vez más cerca de la perfección y todos nosotros más cerca del infarto — primero el baile del caño, ahora directamente un strip tease. Terminamos con la cabeza latiendo y una súbita, rara vocación por ser silla.

La cara, la actitud y ese dedito. Dice que no tenía idea de cómo hacer un strip tease. Mentirosa!
Un vistazo a las fotos te bastó para descubrir tu verdadera vocación: querés ser silla. Hay gente que cree que es un laburo fácil, como dice la lámpara “no te quejés que al menos vos estás sentado”. Es verdad, pero la lámpara no tiene que aguantar inmóvil durante horas el peso de otros, o bancar cargadas clásicas con los chicos de living “callate vos, si sos de madera”. Lo peor quizás son los constantes pedos en la cara, especialmente de esos gordos que disimuladamente ponen el peso en un cachete del orto y disparan (después preguntan porqué les dura tan poco el tapizado). Pero el ambiente con los compañeros de laburo es bueno (rara vez hay choques con la mesa) y es un empleo estable (normalmente toda la vida en el mismo living, rara vez te cambian de destino). Pero lo mejor, lo que justifica todos los sacrificios es ver de cerca la cola de Rocío Guirao Díaz. Puede que en otros lugares se gane más, pero en qué otra profesión vas a tener apretados contra tu cara el culo y la figazza de la rubia más deseada? Mirá de nuevo las fotos de Rocío Guirao Díaz y decime si no te dan ganas de convertirte en silla también. Te gustaría besar por horas y horas esa bombachita roja que despunta debajo del culotte negro? Te aseguro que no te cansás de que te ponga la cola en la cara, que te arrastre esas cachas impresionantes, esos muslos deliciosos. Y la guacha te hace desear con ese strip tease. “Lo importante para un strip tease perfecto es no ponerse en bolas en seguida”, decía Rocío a la revista, “por eso hay que quedarse con ropa para mantener la intriga, para ratonear”. Imaginate los ratones con la perspectiva de la silla, más que ratones son conejos.

Rocío Guirao Díaz dice que antes de ponerse lolas no se habría animado al strip tease. “Hubiese sido un canto a la pobreza”, explica Rocío, porque “antes de ponerme las lolas andaba por la vida con el pelo largo caído sobre el pecho, tapando el vacío”. Ahora con las tetas nuevas todo cambió. “Como ves, me animo a los escotes”. Y nosotros nos animamos a todo, hasta ser su silla de por vida.

El strip tease completo de Rocío Guirao Díaz hubiera sido ideal. Pero al no hacerlo salvó a muchos de un infarto seguro.
Yno sabés el perfumito que tiene Rocío, te hace olvidar inmediatamente de todas esas gordas que se tiran pedos acuosos y manchan el tapizado. Las sillas no son masoquistas, no les cabe el bondage, pero la silla asegura que cuando Rocío te pone el pié arriba con esos zapatos rojos de taco alto, se siente como un cosquilleo que te sube por las cuatro patas, te llega a lo más alto del respaldo y te mueve hasta la veta más íntima. Es increíble lo que consigue Rocío, en ese momento por más silla que seas no te sentís de madera, es como que estás bailando con ella y te dedica el strip dance. La única pena es no tener una cámara para fotografiar cómo se ven esas cachas y esos labios apretados contra el asiento de la silla. Apuesto a que ni siquiera el novio los vió así, porque Rocío conmigo se relaja totalmente, apoya a fondo todo lo que tiene. Y la rubia deja su marca sobre el asiento, es como el beso que los labios pintados de rojo dejan sobre una servilleta de papel, sólo que en este caso es la labia sobre el asiento dejando una marca de humedad viscosa.


Y viste, ser silla tiene sus privilegios, como ver a Rocío moverse. “Es que saber moverte, saber cómo sacarte la ropa, da mucha seguridad”, comenta la rubia más linda de la Argentina. “Yo no sabía nada de strip tease, no tengo tanta imaginación. Pero ahora estoy incorporando conocimientos, porque nunca sabés cuándo los vas a necesitar!”. Tomá nota de estos datos para cuando la denuncies por romperte la cabeza: es un femenino de 23 años, se llama Rocío Guirao Díaz, sus medidas son 95–59–89 y sus señas particulares están a la vista. fuentehttp://www.notiblog.com/category/rocio-guirao-diaz/