Ursula Vargues exhibe las dos razones principales de su éxito, que se supone son totalmente naturales (aunque hoy den día no se puede poner las manos en el fuego por nadie). Una morocha que encontró su vocación después de una fuerte época de “hippona”, cuando según dice, algo olía genuinamente mal.

Está por cumplir 30 años y todavía tiene esa onda del “fitness” extremo. Dice que sus medidas son 90–60–-90.
Seguramente la tenés a Ursula Vargues, es esa morocha muy magnética y Dura de Domar, que resiste las jodas en el programa. Su color parece ser el marrón, lo tiene en los ojos, en su pelo castaño y suponemos también en los pezones que deben hacer juego. No es una mina que se muestre mucho en producciones de fotos, así que es difícil adivinar el color de sus areolas, aunque uno apuesta que son de color cuero. En general, es un lindo deporte imaginar “cómo la tiene” una mina fuerte como ella, especular si la cosa viene peluda o deforestada, clitoruda o de botoncito modesto. Si te dijeran que este bombón tiene la concha sucia y que huele mal por no bañarse, te sonaría a mentira, a algo dicho por alguna turra envidiosa en medio de las guerras del puterío televisivo. Pero si es ella misma la que confirma lo de la roña, entras en un shock que como mínimo te va a obligar a cancelar las fantasías paleteras o de pajas turcas que tenías con ella. “Era la época en que me había hecho hippie”, dice Ursula tratando de explicar la cuestión de su concha maloliente y será la paranoia, pero uno ya siente olor a marisco pasadito. “No me importaba nada en esa época, era una sucia de pelo relargo que cantaba Serú Girán sin maquillaje en las guitarreadas de plaza”. La nena era una roñosa posta, y dice que tuvo que empezar a bañarse para poder coger, porque de otra manera ni los compañeros hipones querías tocarla. “Esa locura de ser roñosa me duro hasta que me di cuenta que si quería tener sexo me tenia que bañar” cuenta la morocha, que se vio forzada a adoptar el jabón para poder convertirse en Ursula Vergas. “Mientras no la usás mucho no te importa tenerla limpia”, sigue explicando la ahora limpita morocha “me empecé a dar cuenta que para participar del mundo del sexo no me convenía estar sucia”, dice riéndose pero no consigue borrarnos de la cabeza esa visión de concha abandonada mal.

Ursula Vergas es realmente una morocha impresionante, aún sabiendo que durante una época entera de su vida fuer una auténtica roñosa empanada sucia.

Atención con las lolas de perfil como en esta foto. Se supone que no tiene siliconas y por lo tanto tienen colesteroal natural.
Yvos que sos fan de Ursula, la vas de guapo y pensás “yo le habría dado igual con concha sucia y todo”, pensá que en aquel entonces no era “famosa” sino una sucia de plaza que dejaba que la sangre menstrual fermentara y encascotara entre los largos pelos de su sucia empanada. Ni los payasitos profesionales en el arte de comer los fideos con tuco habrían metido la nariz en esa pecera podrida. “Me encanta lo grotesco”, dice ella como si hubiera escuchado el comentario, “porque en el fondo soy tímida y no estoy capacitada para enfrentar el mundo a cara descubierta”. Será por esa timidez que las fotos de Vargues no abundan. “Me da vergüenza ir con la cara descubierta, por eso uso el pelo suelto sobre la cara” —o quizás sea que muy pocos fotógrafos se bancan la baranda. Pero mirale mejor el lado positivo: con la baranda a pescado que debe tener, la empanda de Vargues debe ser excelente para vigilia. La morocha caretea su timidez y la va de Dura de Domar, poniendo caras de mina segura y actitudes desafiantes frente a los demoledores chascarrillos que le asesta Pettinato. “Fue muy loco cómo llegue a sentarme al lado del Chavo Fucks”, rememora la ex roñosa. “Me llamó Diego Gvirtz con sólo dos horas para decidirme si aceptaba y no lo dudé”. Dice que hacía mucho que tenía ganas de sacarse de encima ese estilo de “copete periodístico” que había aprendido en El Garage. “Quería cortar con el karma del programa con copete, ya hasta hablaba en forma de copete”, cuenta la sucia conductora.

Muy linda foto de la morocha Ursula Vargues, nadie puede negar que después de analizar esos pechos alineados de cotelé, creerle que son naturales es mágico.

La chica que algunos llaman ‘Ursula Vergas’ espera acostada que alguien venga a desinfectarle la empanada.
D a un poco de vértigo, pero está bueno animarte a ser vos y jugártela en un programa como Duro de Domar”. Cuando superó la etapa de sucia hipona pasó al otro extremo y se metió a estudiar derecho por mandato paterno. “Mis compañeras no me querían para nada, usaba camisas New Dewey y zapatos náuticos”, en un giro terrible, paso de rockerita de de plaza a concheta de Timberland. Dice que no quería ser abogada, pero que le vino bien porque fue para financiar la facultad que empezó a ir a castings para hacer un mango, y así fue como tropezó con la oportunidad de El Garage, un espacio que antes habían ocupado María Fernanda Villaverde, Carolina Prat y Gisela Van Lacke. “Fue un buen cambio porque la justicia argentina deja mucho que desear” comenta del giro en su carrera, aunque “a mis viejos no les gusto una mierda que me decidiera por hacer televisión”. Lo que pasa es que papá y mamá Vargues no pueden apreciar las dos grandes razones que justifican que la nena esté en la tevé. “Si, son naturales, debo ser la única que no tiene implantes”, dice la morocha de sus dos terribles tetas que, si bien no ponemos la mano en el fuego por las tetas de nadie, se supone son glándula mamarias reales. Quedate tranquilo que igual no es probable que las tetas huelan mal, al menos no tanto como la empanada de mariscos.fuentehttp://www.notiblog.com/category/ursula-vargues/